FAYETTEVILLE – Debido a las altas temperaturas que hemos experimentado durante los últimos años, se ha incrementado la falta de productos provenientes del ganado como lo son los lácteos y las carnes. Como consecuencia, han aumentado los precios de estos alimentos para los consumidores.
En un comunicado de prensa, el economista de ganadería de la División de Agricultura de la Universidad de Arkansas, James Mitchell, estableció una disminución de ganado en los recientes inventarios. Se situaron en 98,8 millones a nivel nacional; una baja de producción por primera vez desde 2015.
Mitchell dijo que las cifras, que salieron del Informe de Inventario de Ganado del 22 de junio del Departamento de Agricultura de EE. UU., fueron mejores que las esperadas.
"Si bien los inventarios registraron una disminución año tras año, las estimaciones del Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas (NASS) fueron más altas que las expectativas previas a su informe", dijo Mitchell. "Los analistas esperaban mayores disminuciones en el número de cabezas de ganado".
El economista se mostró preocupado por los resultados del informe, pero sobre todo por el cambio climático que cada año se vuelve más preocupante, especialmente para aquellos que requieren de la lluvia para poder cultivar sus productos.
Según Mitchell, la presión de la sequía en el sureste es clara evidencia de las subastas de ganado que se efectúan a menudo en todo Arkansas, donde se ha mostrado un aumento del 20 por ciento en todas las ventas de ganado.
"La sequía ha sido el principal factor que ha contribuido a la disminución del número de vacas de carne y novillas de reemplazo", dijo Mitchell. "El sacrificio total de vacas de carne hasta junio es un 14,6 por ciento más alto año tras año".
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) declaró en su informe que la producción de huevos en Arkansas para el mes de junio bajó un 8 por ciento con respecto al año pasado en ese mismo mes. En el dictado, la USDA confirmó que en el estado se produjeron 325 millones de huevos durante junio de 2022, un 6 por ciento menos que el mes anterior.
En el informe de la NASS se indica que en las primeras 30 semanas de 2021 se registraron más de 20,000 cabezas de ganado para ser sacrificadas. Sin embargo, este año ese número subió a más de 25,000. Esta tendencia, dicen los expertos, se debe a que los consumidores tienen temor de que las sequías provoquen una inflación en sus productos de alimentos que consumen a diario, como lo dice Rubén Macias, un cocinero de restaurante que vive en Lowell.
"Si se acaban las vacas por falta de pasto, o se mueren por no comer, entonces vamos a ver que la carne subirá de precio y tal vez ni haya en los mercados, sería muy malo eso, aparte los que trabajan en las ganaderías se pudiesen quedar hasta sin empleo o les cortarían horas", dijo Macias.
Y es precisamente esta otra variante del efecto de la sequía, donde los trabajadores sufren por cortes de horas laborales o a veces hasta despidos justificados. Sin embargo, dado el caso, la USDA advierte que los trabajadores que enfrentan estos despidos tienen derecho a los beneficios de desempleo, aunque de antemano sabemos que para los indocumentados no existe tal ayuda.
Por otro lado, para los ganaderos existe solo un poco de ayuda: los subsidios del gobierno que podrían colaborar para mitigar las sequías. Varios dicen que no es suficiente, y esperan que los políticos en Washington D.C. finalmente lleguen a un acuerdo con el Plan de Reconstruir Mejor que aún sigue estancado en el senado por la oposición del demócrata Joe Manchin.
¿Pero como la sequía afecta al ganado?
Según la Encuesta Geológica de los Estados Unidos, la sequía puede afectar negativamente las fuentes de nutrición, la producción de leche y los rendimientos futuros de estos animales. A corto plazo podemos experimentar lo siguiente:
• Los pastos secos producen heno de menor calidad y aumentan el peligro de incendios, lo cual produce una escasez de alimento para el ganado.
• La disminución de alimentos puede conducir al sobre pastoreo.
• El estrés por calor puede disminuir la producción de leche en el ganado lechero y disminuir la calidad de la carne de res.
• Las muertes prematuras conducen a menores rendimientos futuros al limitar la capacidad reproductiva de la manada.
A largo plazo, los efectos pueden ser desbastadores:
• La disminución de la disponibilidad de agua puede conducir a la escasez de heno.
• Las especies de gramíneas pobres en nutrientes y tolerantes a la sequía pueden propagarse, lo que disminuiría la calidad del pastizal.
• Alimento importado y necesidad de volver a sembrar pastos sobre pastoreados no conducen a un animal sano.
Para dar solución a este fenómeno, la Realización de Aumento y Eficiencia Fotosintética de la Universidad de Illinois dice que la recolección de agua de lluvia se puede almacenar y luego usar cuando se requiera, especialmente en condiciones secas.
Según la institución educativa, en las zonas urbanas solo el 15 por ciento del agua que viene de la lluvia penetra en el suelo, mientras que en las zonas rurales el suelo absorbe el 50 por ciento. Al parecer, la recolección de agua de lluvia, tanto en las áreas urbanas como las rurales, se convierten en una opción eficiente para almacenar agua proveniente de tormentas.