A seis días después de que tomara el mandato como la nueva gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, firmó una acción ejecutiva para eliminar todo tipo de restricciones que había implementado su sucesor, el ex gobernador Asa Hutchinson, ante la emergencia sanitaria que ocasionó el COVID-19.
En su decisión, dijo estar segura de priorizar cuidado a otro tipo de enfermedades que son permanentes y que amenazan la salud de los habitantes del estado natural. De la misma forma, dijo no estar de acuerdo con tantas directrices de la administración pasada que calificó como "obsoletas".
"Hoy firmé una orden ejecutiva que cancela cinco órdenes ejecutivas existentes sobre COVID-19 que están obsoletas", dijo Sanders. "También ordené a nuestro gobierno que priorice y promueva otros desafíos apremiantes de salud pública. Desafortunadamente, el gobierno ha priorizado COVID-19 de manera desproporcionada y ha permitido que otros problemas de salud como la adicción, las pruebas de detección de cáncer, la diabetes y la salud mental empeoren. Como gobernador, siempre pondré la salud, la seguridad y el bienestar de los habitantes de Arkansas en primer lugar".
Pues la gobernadora bien acertó en considerar otras prioridades de salud que se consideran una de las causas más mortales no solo en Arkansas, pero a nivel nacional, como lo son; enfermedades del corazón que matan a casi 700,000 personas al año, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). En segundo plano está posicionado el cáncer que acaba con más de 600,000 vidas anualmente, seguido por el COVID-19 que le quito el tercer lugar a los accidentes no intencionales.
Sanders se apoyó en el anuncio que hizo el presidente Biden en un programa noticioso donde declaró el mandatario que ya no había pandemia, pese a que la Universidad Johns Hopkins sigue reportando 12,000 muertes por el COVID-19 en los últimos 28 días a nivel nacional.
"El presidente Biden declaró que la pandemia ha terminado durante una aparición en '60 minutos el año pasado", recalcó Sanders. "Prometí que cuando me eligieron gobernadora, Arkansas no tendría mandatos de mascarillas ni vacunas y no cerraremos iglesias y escuelas porque creemos en la libertad y la responsabilidad personal. El primer caso de COVID-19 se identificó hace más de tres años y es hora de que Arkansas, y Estados Unidos, vuelvan a la normalidad".
Para Floyd Price, residente de Bentonville, dice que ningún gobierno debería de poner mandatos que prohíban la libertad de los ciudadanos, y que esas decisiones tienen que ser de manera personal de cada individuo o por órdenes de un doctor.
"Ya era hora, y debería haber sido solo una elección personal, pero espero que los izquierdistas lo acepten", dijo Floyd. "Hable con su médico si necesita una máscara o necesita vacunas. Pídale a su médico que le ordene usar una máscara, pues es él quien debería decir qué hacer con su salud".
Pese a los comentarios de Floyd, la Organización Mundial de la Salud (WHO) cuenta con doctores y científicos en medicina altamente capacitados para hacer diagnósticos cercanos de las enfermedades que pudieran desatar una emergencia de salud con el coronavirus. Esto quiere decir, que como organismo internacional, pueden avisar y alentar a las personas de la importancia que es seguir las órdenes de los médicos dentro de esta institución global de salud, como lo expresó Floyd.
Aunque no todos opinen lo mismo que Floyd, hay otros conservadores que tienen sus límites dentro de sus ideologías políticas, como Karen Vierling de Little Rock, quien dijo no confiar mucho en seguidores del expresidente Donald Trump. "Ella es solo otra republicana del CPAC MAGA Trump, que continúa los pasos de MAGA Trump. He aprendido a no confiar en ellos. Amo a George Conway del proyecto Lincoln y los republicanos orgullosos que no apoyan a MAGA Trump".
El CPAC que Karen mencionó, se trata de un organismo de mucha ideología política conservadora, y que es nominada como la Conferencia de Acción Política Conservadora más grande e influyente del mundo. La misma que Donald Trump adoptó para promover su legado como "Hacer América Grandiosa Otra Vez" (MAGA).
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